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Testimonio de vida. Amigos.

Hola, sí, soy yo, Mateo Fernández.
¿Qué porque escribo?, tan solo quiero que conozcas más de mi vida:
Hoy me levante como cualquier otro día: Mi padre ya había salido a trabajar y mi madrastra seguía dormida –ella no se despertaba hasta las 12 p.m.–, era día de escuela y honestamente ya me estaba acostumbrado a la rutina, cosa que no es de mi agrado, odio la rutina: El típico desayuno, el obvio pésimo día de clases… y los típicos gritos y regaños de mi madrastra; tenia tantos problemas, me sentía… solo.
Llegue a la escuela, la típica gris escuela encerrada entre cuatro muros, muros que limitan mi creatividad, muros que como me dicen mis compañeros me hacían sentir como Mateo el reo, muros abrumantes que nublan mi ser, muros perdidos en el tiempo… ¡Yo quiero ser libre! ¡No me gusta sentirme limitado! ¡No quiero estar atrapado!; pero la escuela no es del todo mala, en ella es donde paso grandiosos momentos con mis amigos, ahora tengo ya 15 años y estoy a punto de finalizar el curso y desgraciadamente acabo de encontrar y descubrir quienes son mis amigos… los que si valen la pena, no aquellos amigos despreocupados y burlescos, pusilánimes y faltos de conciencia… que piensan que un amigo es un muñeco, y la amistad tan solo un juego. El otro día navegando por internet me encontré con el siguiente texto:

Un amigo: Te manda e-mails que te hacen reflexionar y meditar
Un verdadero amigo: Te manda e-mails pornográficos y asquerosidades varias.

Un amigo: Piensa que los problemas por los que te quejas son recientes.
Un verdadero amigo, te dice: «Deja de quejarte de los mismos problemas de siempre y soluciónalo, ¡que ya me tienes harto con tus problemas…!»

Un amigo: Desconoce el nombre de tus padres.
Un verdadero amigo: Tiene el teléfono de tus viejos en la memoria del celular por si te llevan preso.

Un amigo: Lleva una botella de vino a tu casa cuando hay fiesta.
Un verdadero amigo: Llega a tu casa completamente borracho, se toma todo lo que encuentra en su camino, se caga de risa de tus invitados y te hace quedar como mal anfitrión.

Un amigo: Odia que lo llames después que se acostó a dormir, pero te atiende igual.
Un verdadero amigo: Directamente ni te atiende, y si lo hace te grita diciendo «¡Estoy durmiendo, tonto!”

http://www.chistesbromasytonteras.cl/verdadero%20amigo.htm
(El texto fue editado para hacerlo un poco menos vulgar)

Sabes, leyendo eso me di cuenta de que las cosas ya están muy mal, preferiría mil veces a un amigo que al dichoso “verdadero amigo” el cual solo te quiere hundir en problemas, ¿Sabes que es un amigo para mí?:

Un amigo es aquel que cuando te ve en problemas te apoya incondicionalmente y si realmente puede ayudarte no descansa hasta que todo se solucione.

Un amigo es aquel en el puedes confiar plenamente no importa la naturaleza del problema, sea malo o bueno, triste o cómico, es aquel en el que te puedes desahogar plenamente y sientes esa satisfacción al hacerlo.

Un amigo es aquel con el que cometes las mejores locuras de tu vida… sin salirte de lo debido.

Un amigo es aquel que con bromas y juegos transforma esa tristeza en una sonrisa, sonrisa que dura todo el día.

Un amigo es aquel que te respeta como persona, y que cuando fallas te lo dice directamente, sin rodeos; es aquel que cuando discuten acepta que tiene o no la razón… y con él una discusión nunca terminara mal.

Un amigo es aquel que te apoya sin ponerte excusas.

Un amigo es aquel que cuesta mucho trabajo encontrar.

Para mí eso es un amigo… ¿Y para ti?

Testimonio de vida. El mundo es algo frágil.

Hola, sí, soy yo, Mateo Fernández.

¿Qué porque escribo?, tan solo quiero que conozcas más de mi vida:

Hoy, al levantarme me di cuenta que el mundo estaba frágil, esa mañana no desperté con el cantar de los pájaros como comúnmente lo hacía, realmente desperté al escuchar los gritos enfurecidos de los vecinos, siempre peleaban; ellos eran los Oropesa, un matrimonio con más de diez años de unión, pero al parecer ya estaban cansados uno del otro, tenían dos hijos: Ricardo y Julio, Ricardo de nueve años y Julio de tan solo seis. Ellos no saben que tan grande es el problema, no saben que sus padres están a punto de divorciarse… ¿Por qué se divorcian las parejas? ¿Qué no el matrimonio es para siempre? ¿Y los niños, mis vecinos? ¿Qué pasara con ellos?

Después decidí ver la televisión, era sábado, no tenía nada más que hacer. No podía dejar de pensar en mis pequeños vecinos, el divorcio de mis padres había sido muy difícil para mí, ¿Cómo lo tomaran ellos?, pero bueno; al prender el televisor escuche una noticia un poco extraña, un «Testamento» estaba causando grandes revueltas económicas y gracias a este la seguridad se estaba desmoronando, pero eso es otra historia…

Decidí salir a la calle, ocupaba tomar un poco de aire, la incertidumbre me estaba acabando, yo no entiendo muchas cosas de la vida, tal vez lo que piensa un chico de catorce años como yo no sea del todo cierto, por ejemplo, yo veo mal el divorcio pero este puede ser la mejor opción para las mentes adultas.

En mi recorrido vi muchas cosas que me hicieron pensar y unas cuentas casi me hacen llorar, vi a un anciano manco pidiendo dinero mientras que dos muchachos se burlaban de él, vi como un señor le arrebato el bolso a una señora que iba acompañada de sus tres pequeños hijos, atisbe como un señor ofendía y degradaba a su hijo frente a todos en la plaza, también pude fijarme como una pandilla de jóvenes se burlaban de un puberto haciéndole todo tipo de maldades, ¿Por qué la gente hace eso? ¿Qué ganan? ¿Por qué no hacen algo mejor de sus vida?… Estoy confundido, con un mundo tan desequilibrado es difícil diferenciar entre lo malo y lo bueno.

Últimamente no he sabido nada con relación a mi madre, ella se regreso al pueblo que me vio nacer, he escuchado que piensa iniciar una relación seria con otro señor, al igual que mi padre lo hizo con esa mujer que ahora transforma mi vida y sueños en pesadillas.

He tenido una vida difícil… lo sé, pero tengo que salir adelante, debo demostrarle a mi padre que a pesar del poco cuidado que me presta y esa bruja que tengo como madrasta puedo ser alguien importante en la vida.

Al llegar a mi casa mi madrasta me esperaba con su típico platillo para cenar: «Insultos y regaños»… ¿Dónde estabas mocoso? ¿Qué hacías? De seguro te drogas ¿Verdad?… esas era las típicas preguntas que mi madrasta me hacía cada vez que tenía la oportunidad, tampoco me alimentaba y tenía que trabajar para poder comprarme el pan de cada día, claro, mi madrasta gastaba el dinero destinado hacia mí en ropa, joyería, licor y salidas con sus patéticas amigas de la alta vida social; mi padre no sabía nada de esto y aunque le dijera el no me prestaría la más mínima atención, al parecer las únicas personas interesadas en mí eran mi madre biológica y mis amigos, técnicamente estaba solo… ¿Qué podrían hacer mis amigos por mí para sacarme de tantos problemas? ¿Qué podría hacer mi madre por mí si esta tan lejos? No obstante ella me mandaba cartas casi cada semana, pero la bruja que habita en mi casa no me deja leerlas.

El mundo está frágil, veo como todo se desploma: Las bolsas de valores, los buenos sentimientos, la moral, la honestidad, el trabajo bien ganado y sobre todo el amor entre nosotros, no entiendo por qué tenemos que juzgar y ser malas personas con los demás ¡Pareciera ser una regla social!

En la escuela los muchachos son malos y abusivos… yo ya pase por eso ¿Si recuerdas? Pero no quiero que otros chicos pasen por lo que yo pasé… casi me suicidaba y temo que el divorcio de los Oropesa llegue a causar el mismo dolor que yo sentía en ese entonces en mis vecinos. Para un chico el divorcio de sus padres es lo más trágico que pudiese pasar ¿Qué ejemplo nos dan a nosotros sus hijos? ¿Ser infieles? ¿Engañar? ¿Vivir en una mentira? ¡¿Qué ejemplo nos ponen?! Es imposible que la gente adulta sea tan inmadura como para no poder mantener una relación.

El mundo está frágil, ¡Tenemos que reaccionar! ¡Tenemos que hacer algo por él! ¡Tenemos que luchar por un mundo mejor, un mundo sin hipocresías, un mundo más caritativo y honesto, un mundo donde reine la paz! ¡Si todos juntos luchamos por estas causas lo lograremos!

Testimonio de vida. Malas experiencias.

Hola, soy yo, sí, Mateo Fernández.

¿Qué porque escribo?, tan solo quiero que conozcas mi vida:

Nací en un pequeño poblado, cercano a la ciudad, y aquel pueblo fue el qué me vio crecer.

Mis trastornos y pesadillas comenzaron cuando pude escuchar débilmente a mi padre: El afirmaba nuestro traslado a la ciudad, había encontrado un trabajo bien pagado, se encargaría de administrar una mediana empresa fabricante de Tazos para una famosa marca de frituras. Obviamente yo no quería partir, ¡Tenia 14 años viviendo ahí! ¿Y mis amigos?, ¿Y mi escuela?, ¿Y esa hermosa chica a la que nunca me atreví decirle lo que sentía por ella?, ¿Mi mascota?, ¿Qué sería de el viejo señor Juan sin mi ayuda incondicional?, ¡¿Qué pasará con mi vida?!, ¿Cómo será la gente de la ciudad, buena, mala, indiferente?, ¿Cómo serán mis compañeros escolares, me aceptaran, me odiaran? ¿Acaso seré parte de eso a lo que llaman Bullying? ¡No puedo más con esto!, tengo que hacer algo.

Mi pesadilla perpetro al ver esa gran casa, realmente era muy grande, nada parecida a nuestra pequeña choza en el campo; Aguarda, ¿Esa es mi escuela?, todos los niños que salen de ella se ven… tan diferentes, sus juegos y burlas… ¿Por qué golpean a ese muchacho? ¡Lo van a lastimar!, no puedo creer lo que veo. ¿Qué papá? qué mañana tengo que asistir a esa misma escuela, ¡Soy nuevo aquí, no conozco a nadie! ¿Cómo podre hacer nuevos amigos si todos son unos improcedentes para mí?, ¡Quiero regresar al campo!, ¡Esto es una broma!…

No pude lograr nada pidiéndole amablemente a mi padre que regresáramos al campo, claro que aquí tendremos una mejor vida: Una casa más grande, más dinero al cual recurrir; la sonrisa de mi madre, la cual siempre soñó con esa hermosa y gran cocina integral… Wow, ¿Ese esa es mi recamara? ¡Es más grande que nuestra casa anterior!, creo que podre acostumbrarme a esto.

La noche cedió y con ella llego una hermosa alba. La escuela me esperaba, pero mis compañeros no… «Hola compañeros, mi nombre es Mateo Fernández», ¿Qué? dije que mi nombre era Mateo Fernández ¿Por qué cantan esa absurda canción que dice: Mateo cara de reo, Mateo cara de reo?, no entiendo ¿Acaso son analfabetas?, ¿Por qué me dicen que me quedare aquí encerrado en el receso, que al cabo ya estoy acostumbrado a  eso… ¡Reo!?… ¿Esto es un pedazo de papel bañado en saliva? ¿Cómo llego a mi nariz? ¿Y a mi brazo? ¿Y a mi cof cof… boca?…. ¡Basta! no soy reo, soy mateo, ¿Por qué me atacan? ¿Qué les hice?… ¿Quién es esa señora que entra al aula?, al parecer es la maestra, las burlas y ataques han cesado. ¡Genial, una cartita! ¿De quién será, quién me la mando? creo que mejor la leeré: «Reo a la salida de la escuela te daremos lo que los policías no te dieron por ser un ex convicto criminal, mejor que corras, si no nunca volverás a hacerlo»

La continuación de mi testimonio es evidente: me golpearon sin piedad, me fracturaron un brazo, me hicieron múltiples heridas y una que otro ocupo zurcirse; ya no quería volver, apenas y podía caminar, ¡Mamá, mamá! veme estoy herido, ¿Mamá?, ¡Deja de ver esa novela, estoy sangrando!… ¡Papá, ayúdame!, ¿Qué, por qué dices que no tienes tiempo, que estas cansado?, ¿No ves? ¡Me estoy muriendo!, ¿Para que este fajo de billetes…? ¿Ir al hospital, yo solo?, ¡Papá hace poco días me curabas con dedicación hasta el piquete de la avispa y ahora me mandas solo al hospital!, ¿No qué muy cansado, con quién charlas por el celular? ¿De quién es esa voz de mujer que tras las bocinas te llama amor? ¿Por qué mi mamá te grita y te abofetea?  ¿Por qué te dice: «desgraciado ya se tus motivos de venir a la ciudad»? ¿Por qué mi mama hace unas maletas, baja las escaleras y se va de la casa? Me siento mareado, solo veo mis brazos sangrados y después solamente el suelo…

Ayer sufrí un desmayo, casi muero, perdí un litro de sangre, ¿Papá eres tú? ¿Y mi mamá? ¿En el campo, por qué? ¿Cómo que ocupan un tiempo separados? ¡El matrimonio es para siempre!, la vida se me vino abajo, la obscuridad nublaba mi alma como hace la bruma al sol, una idea se me ocurrió: si hago que los demás chicos me teman  seré respetado, si me hundo en mis depresiones y además escucho una música peculiar y me visto de igual manera… mi padre me pondrá atención.

Llegamos a casa y me encerré en mi habitación, ¿Qué es esto? ¿Qué tipo de música detestable es esta? ¡La odio!, pero parece ser el tipo de música con el cual impartiré el temor en mis compañeros  y obtendré la atención de mis padres, ¡Mis compañeros no saben la que les espera mañana!

Al siguiente día en la escuela me vestí de una forma muy peculiar, unos toques de barniz negro (que mi madre olvido al partir) en todas mis uñas, la ropa con la que asistí al funeral de Don Filemón y todas mis heridas… wow veía como mis compañeros se estremecían de tan solo verme, me sentía tan bien…

Así pasaron los meses, por fin era reconocido en toda esa parte de la ciudad… pero, no era yo, ¡Estoy atrapado en alguien qué no soy! ¡Quiero salir! pero no puedo, por más que lo intente no logro ver más allá, no logro ver el lado bueno a las cosas… se cual es la salida… ¿Por qué tengo un cuchillo en mi mano? ¿Por qué me lo acerco al corazón?, ¿Quién eres tú? ¿Por qué me das la mano? ¿Por qué me siento en la gloria cuando lo haces?, dime señor ¿Quién eres tú?… ¿Jesús? lo lamento, no conozco a nadie llamado así, ¿A donde me llevas? ¿Al cielo, estoy muerto? ¡No termine de encajarme el cuchillo, no puedo morir!

Todo cambio ese día al ver los ojos de Jesús, descubrí que todo por mas malo que sea tiene solución; ese mismo día volví a ser yo, ¿Y sabes qué?, pude conseguir muy buenos amigos, que realmente me aprecian, y descubrí que los que no me aceptan como soy, lo hacen porque tienen la mentalidad cerrada y no pueden  comprender a los que tenemos los pensamientos abiertos a cosas nuevas.

Jesús me cambio la vida… ¿Y a ti?